La Partida

La palabra partida tiene comúnmente tres acepciones. Curiosamente las significancias de este bello vocablo se han plasmado continuas unas, intercaladas otras, de cierta medida en distintas situaciones de mi vida, acompañadas de manera lucida por el tema de Victor Jara del mismo nombre. Por ejemplo, mi primera reacción cuando supe que Mariana nos había dejado fue tararear la quena de este tema en mi mente. Y así fue como moldee mi pequeña y humilde despedida desde este puerto en medio del vacío norteño soplando como pude, unos días después, desde mi quena mas llena de polvo que de vibración. Recuerdo cuando la partida, en mi primer viaje a los estados juntos, cargado del simbolismo del inicio, y puse en mis oídos a Victor, mientras veía mis montañas perderse en la ventana, junto con todo lo que conocía. Y es que siempre la partida (en sus tres acepciones) para caracoles sudamericanos como nosotros es un suceso bastante peculiar. Siempre tan lleno de abrazos, llantos y esperanzas, siempre tan crudamente presente. De aquí que su tercera acepción que si bien es algo mas subjetivo, es tremendamente emergente y siempre presente en las dos anteriores. Algo así como el sentir que se te parte el alma, que se encapsulan tus memorias, tu lengua, tus costumbres, que tu complexión esta partida por esto o por aquello, sensaciones tan presentes en las salas de embarque del mundo, en las perdidas y en los inicios.

Y bueno, He decidido comenzar este rincón con algo de cada una y con este bello tema claro, porque representa mucho para mi y ademas es un buen augurio a este nuevo desafío para mi malograda voluntad luego de tanto que ha pasado en estos días. Espero que disfruten y compartan conmigo una vez más, esta inocente intención con más reminiscencias a vinito conversado que crónica aguda o poemario certero.

Con todo el amor de siempre!

Vic.