La locabella

Ella es una loca con todas sus letras, pero sobre todo es linda, con todas sus letras. En las mañanas de lluvia sale en bicicleta para beber a toda velocidad el agua de los cielos, mientras por la noche amenaza con un cuchillo a su sudamericano, para que la deje sola escapar a la región de los espectros de la melancolía y la copa a medio llenar. Y gusta de la poesía de mediados de siglo, mientras almuerza de la comida desechada por los restaurantes del norte, y esto no es una metáfora, es la realidad pura. Ella es linda con todas sus letras. De esas que queman. Recuerdo cuando aún me topaba con ella por alguno de los bares de Sur. De esos encuentros en los que siempre terminaba por olvidarla en alguna calle borracha, o en brazos de algún desdichado inocente, tengo grabada una noche mezclada. Alcohol, mucho alcohol, besos largos con sus amigas mientras la concurrencia de viejos bohemios olvidados y vidas para el trabajo miserable entraba en éxtasis, huevos duros, mas alcohol, un correr una confesión un par de aros partidos un abrazo, todo así, de repente, sin comas. Para terminar en su cuarto mientras me mostraba su tesoro de diario de vida con fotos de un Cortazar Joven.

Y no es que quiera ensalzarla ahora, no es metáfora. Es la pura y santa verdad. Esta comedora de cabezas de ajo enteras, es la que se inscribe en clubes de ajedrez para conversar con señores avanzados, esta caminante de la selva con ayahuasca es de esas que se vestía de amarillo a los trece años para enamorarme desde una quebrada, esta bella loca es la que atrapa al octogenario historiador que enseño a bailar tango a Benedetti. Esta bellaloca, así con todas sus letras, con su pura invitación siempre, de un masaje un beso y una habitación solitaria para que yo escriba. Esta chiquilla, que para ser feliz solo necesita una cama elástica y una biblioteca circular, esta bella borrachina, es mi inocente puerta, mi jaula abierta, mi cable no a tierra, sino directo al delirio, esta bella loca es la que me lee mis propios poemas, cuando mi litera-tura solo consta del silencio. Cuando la tristeza acaba por hacerme llorar.